Páginas

Fell on Black Days


Mientras suena la versión de Dead Flowers de Townes Van Zandt, durante la escena final de El Gran Lebowski, el Extranjero habla de lo reconfortante que es saber que el Nota aguanta. Es un momento agridulce por la marcha de un personaje muy querido, y aunque descubrimos que la vida sigue girando y cosas buenas y nuevas están en camino, es inevitable sentirse un poco triste. 

Ayer nos dejó Chris Cornell, el que fuera cañón vocal de Soundgarden, Audioslave y su propia carrera en solitario. Su marcha hace inevitable también acordarse de Mother Love Bone, supergrupo con disco homónimo dedicado a la memoria del que fue amigo y el gran y prometedor "y si..." de toda la escena Grunge, Andy Wood.

Chris Cornell me ha acompañado, como a tantos otros, en muchos momentos de la vida. Momentos importantes, momentos que no lo son tanto, pero al final ha sido un actor que, en la tragicomedia que es el crecer y conocerse, ha puesto una nota siempre agradable con su voz. Y es inevitable acordarse de los discos, de las canciones, del mini-infarto al conocer que había producido un disco propio con Timbaland, de cierto grupo en Facebook dedicado a apreciar (adorar) su persona, su figura y sus pectorales...

Una pérdida muy grande.

Y, como en el final de El Gran Lebowski, como en tantas otras películas, se sobrepone el agri al dulce y, aunque la vida siga, merece la pena bajarse de la rueda un momento y recordar a una gran voz que, lamentablemente, se ha apagado para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario